El ágata rosa promueve el amor entre padres e hijos, es una piedra calmante y aliviane, ayuda a centrar y estabilizar la energía física, el ágata facilita la aceptación de uno mismo, fomentando la autoconfianza y el amor.
- Cura las impurezas de la piel, indicado para los dolores de la nuca, mandíbulas y dientes, así como las afecciones de la garganta.
- Ayuda a los niños en la dentición y evita las pesadillas.
- Espiritualmente, el ágata eleva la conciencia y vincula con la conciencia colectiva y la conciencia de la unidad de la vida.
Anima la contemplación serena y la asimilación de las experiencias de la vida, conduciendo al crecimiento espiritual y a la estabilidad interna.